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  • En ese encuentro de intereses entre

    2019-06-01

    En ese encuentro de intereses entre los distintos grupos, bien sea por dominar el territorio, o por imponer la fuerza, o bien por controlar el negocio del narcotráfico, la población queda expuesta y vulnerable. Los ataques entre unos y otros tienen serias repercusiones sobre los poblados “las acciones violentas de la guerrilla se dirigen sobre todo tlr signaling los grupos e instituciones económicas de la comarca nor-tecaucana, los objetivos más visibles y atacados por parte de estos grupos son esencialmente las instituciones bancarias, los ingenios azucareros, las empresas de la Ley Páez y Propal, ubicadas principalmente en la parte del Norte del Cauca.” La respuesta del Estado es el aumento de fuerzas y la presencia permanente en cada una de las poblaciones. Sólo por citar un dato, en 2010, la población de Toribío había recibido 20 ataques y hostigamientos de la guerrilla. El mes de julio de 2012 fue significativo para la historia del conflicto armado en Colombia debido a un conjunto de hechos sin precedentes, ocurridos en el municipio de Toribío, departamento del Cauca. El pueblo fue víctima de los hostigamientos de la guerrilla con armas artesanales que impactaron a la comunidad y causaron graves heridas a personas y daños en la infraestructura como las viviendas y el puesto de salud: “En medio de los hostigamientos de la guerrilla y las respuestas del Ejército, 11 civiles sufrieron heridas, entre ellos la enfermera jefe del puesto de salud, y 167 casas registraron graves daños. A la enfermera tuvieron que amputarle una pierna”. En este sentido, los acontecimientos de julio de 2012 no dejarían de ser uno más de los cientos que la población indígena ha experimentado a lo largo de su historia, en el marco de un conflicto armado, de no ser, precisamente, por la respuesta que la comunidad tuvo frente a los actores armados: primero, la concentración por parte de aproximadamente mil indígenas en el parque principal del pueblo; segundo, la organización indígena que designa una delegación para entablar diálogos con los jefes guerrilleros para exigir su retirada del sector; tercero, la retirada de sacos de arena que como barricadas protegían la estación de policía, exigiéndoles también su retirada del pueblo. Cuarta, la expulsión física de los guerrilleros y militares por parte de la guardia indígena. De estos cuatro sucesos, los primeros han sido acciones tlr signaling que regularmente la comunidad pone en marcha, ante un ataque, como por ejemplo, la concentración en el pueblo y la búsqueda de diálogo con sus victimarios, pero sin duda, interesan los dos últimos, la destrucción de las barricadas (que protegían a ascus los policías y las trincheras de los militares) y la expulsión física de los actores armados (guerrilla, policía y militares) porque demuestran la capacidad de organización que posee el movimiento social y su sentido de decisión de tomar acciones pacíficas de confrontación, tan delicadas y peligrosas, frente a estos actores armados. Por otro lado, significa también, una desconfianza en la capacidad del Estado para garantizarles sus vidas. Perciben la presencia de la policía y las fuerzas militares dentro de su comunidad, como motivo de hostigamientos guerrilleros y del mismo cuerpo militar. Retirar a la policía del municipio es garantizar, de alguna forma, la tranquilidad en su territorio pues su presencia es motivo de ataque y confrontación. Expresan los líderes de esta comunidad: “Vamos a expulsar todo grupo y actor armado que haga presencia en nuestros territorios, sea legal o ilegal, porque están desarmonizando el territorio, advirtió este mediodía Feliciano Valencia, consejero político de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca”. Cada trinchera fue taponada con tierra, desarmaron las carpas en las que se alojaban los militares que custodiaban las zonas, a pesar de que las altas esferas de las fuerzas militares habían ordenado a sus soldados no abandonar sus puestos.