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  • Al mismo tiempo que el joven no cree en

    2019-06-19

    Al mismo tiempo que el joven no cree en la matanza, actualiza antiguos estereotipos reforzados por imágenes que construyen el imaginario social. ¿Qué otra cosa hace Altunaga, sino problematizar la axiología revolucionaria del fin del racismo cuando pone en boca del barrendero la siguiente reflexión?: Para ver luego su articulación con el presente del Profesor, debo retomar las historias de Negro y Niña mencionadas más arriba, las cuales confluyen para convertir en signo semiótico el final trágico de Negro y el proceso de transculturación de Niña. Niña no sólo se compenetra con el mundo de los negros, sino que comienza JP 1302 dihydrochloride cost abandonar las lenguas de las metrópolis para hablar las africanas. El compromiso del personaje con el mundo de los esclavos, sin embargo, tiene su límite: cuando Niña observa a su esclava Negrona, quien se acuesta todas las noches con Amo, el Profesor-narrador nos dice que la esclava, Con esta afirmación comienza a tomar forma la dialéctica hegeliana: en una nueva alocución propia del Iluminismo, Niña puede ser elocuente en la retórica reformista —“delante de los sirvientes hablaba […] de la libertad de los hombres para vender su trabajo”—, pero esto no implica que eleve al esclavo a la categoría de sujeto. En consonancia con ello, la novela contraviene la lógica de la resistencia cimarrona cuando Negro, mientras huye a instancias de Niña para evitar su sacrificio, decide regresar a la hacienda porque, Simbólicamente, esta recuperación paródica de la imagen del negro cimarrón valiente de la literatura posrevolucionaria, como Los guerrilleros negros de César Leante o Biografía de un cimarrón de Miguel Barnet, anticipa la dialéctica que se verá reproducida en la polémica entre Chucho Hegel y el Profesor. Aquí es, entonces, cuando los relatos se vinculan en el objetivo de proyectar la voluntad de reconocimiento e imitación preanunciados en los capítulos “Niña” y “Negro”, y se articulan con la increpación de Chucho Hegel al Profesor: “Sigues siendo el subalterno que se reconoce cuando es de interés para que esencialmente todo siga igual, por eso cuando ese interés desaparece vuelve al inicio”. Esto conduce a la interpretación que hace Judith Butler de la dialéctica hegeliana, según la cual, en el reconocimiento va implícita la autonomía del esclavo, que al mismo tiempo es un efecto disimulado del poder del amo porque éste, desde la perspectiva de Chucho Hegel, ha circunscripto al Profesor —y por proyección, a habitat disruption todos los “negros”— a una posición alienada en cuanto a su propia identidad cultural y racial. Lo que no se debe perder de vista es que el Profesor, al desdoblarse a sí mismo en Chucho Hegel y Profesor —las recreaciones metanarrativas— no hace más que manifestar sus propios demonios interiores, es decir, la tensión vital, ético-cognoscitiva, que lo atormenta. También el núcleo de la novela anterior de Altunaga, A medianoche llegan los muertos, tiene como disparador la crisis del protagonista, pero, mientras en ese caso el origen es el enfrentamiento de un personaje de la burguesía blanca cubana con un Otro externo, en En la prisión… el conflicto se produce al enfrentarse el protagonista negro consigo mismo. Esta diferencia no es anecdótica, sino que revela el salto del autor entre una novela y otra: si en la primera sobrevolaba la pregunta retórica “quiénes somos como país”, la segunda, más inserta en el marco discursivo de la época, se debate en cuestionamientos acerca de “qué es ser ‘negro”’ y “qué lugar se ocupa como tal” en la Cuba finisecular. Esto explica que el JP 1302 dihydrochloride cost autor manipule la dialéctica hegeliana para ejemplificar el estado de conciencia de los diferentes actores dentro del juego de poderes en el que, considera, se ha visto históricamente envuelto el “negro”, sobre todo, a partir de las teorías socialistas del sujeto sin distinción de clase, raza ni género. Y por esta misma razón, crea en Chucho Hegel el contrapunto necesario para desarrollar la dialéctica materialista, a través de una crítica a la “negación de la negación” de la dialéctica idealista que enunciaba Engels, marcando así la diferencia entre una y otra, tal como la explica Michelle Wright: “[…] idealist dialectics simplify the moment of negation by wholly erasing its presence at the moments of synthesis”. De este modo, afirma Wright, la síntesis no difiere de la tesis y esto es lo que puede leerse en el concepto de “máscara” que Frantz Fanon utiliza para referir al “negro con máscara blanca” que siempre será el Otro, ya que la dialéctica idealista sólo produce subjetividad blanca. Por ello cuando Chucho Hegel le dice: “Quisieras escribir novelas como Los Miserables, La Comedia Humana o La Guerra y la Paz. Qué gran favor les harías pero no les interesa, Profesor. Eres un subalterno”, está apuntando directamente a una analogía con el error de Negro: creer que es reconocido como un Uno.